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lunes, 31 de marzo de 2008

¡ESTUDIANTES DEL IED JOHN F. KENNEDY EN PIE DE LUCHA!

Los estudiantes llevamos un mes manifestando nuestro inconformismo por las medidas que se han venido tomando en el colegio, sin que el rector haya prestado hasta ahora la más mínima atención a nuestras reivindicaciones, entre ellas, primero, que no sean trasladados continuamente los profesores, pues se interrumpe el proceso de aprendizaje en detrimento de la calidad, y, segundo, que el Consejo Estudiantil sea tenido en cuenta como vocero de los intereses estudiantiles.

Hoy después de varios intentos infructuosos de diálogo con la administración del IED John F. Kennedy, los estudiantes decidimos permanecer en el Colegio para sentar nuestra voz de protesta, insistir en que sean atendidas nuestras reclamaciones y exigir la renuncia del Rector.

La situación del IED John F. Kennedy no es aislada, sino que hace parte de una problemática nacional. El gobierno de Uribe ha desatado una ofensiva que comprende un conjunto de medidas, dentro de las que se destacan el recorte a las transferencias para educación, salud y saneamiento básico por cerca de 60 billones de pesos acabando con la calidad que deben tener estos servicios; el decreto 1278 de 2002, que desmonta la carrera docente y quita derechos a los maestros. Con estas y otras medidas, el gobierno condena a la gran mayoría de los estudiantes a ser mano de obra barata para trabajar en las multinacionales o en los monopolios que se afianzarán con la profundización del libre comercio, hoy materializado en el TLC, impuesto por Estados Unidos.

Llamamos a padres de familia, profesores, consejo estudiantil y demás miembros de la comunidad educativa a apoyar las peticiones de los estudiantes. Llamamos también a los diferentes estamentos a que se organicen en pro de una educación de calidad, científica y democrática.

POR EL DERECHO AL ESTUDIO Y AL TRABAJO DE LOS ESTUDIANTES VENDEDORES INFORMALES

Estudiantes Vendedores de la Universidad Nacional, Bogotá, marzo de 2008

Las reformas que se vienen implementando en la Universidad tienen como punto común el cercenamiento de libertades y derechos democráticos para estudiantes, trabajadores y profesores. La Reforma al Estatuto Estudiantil en el componente Disciplinario, crea un sistema policivo dentro de la UN; y en el Componente Académico, abre la puerta a una educación totalmente subordinada a los intereses del mercado, que tiene sus lineamientos en el ya aprobado Acuerdo 033 del 2007. El Bienestar Universitario sufre un detrimento sistemático: concesión a particulares de cafeterías y bibliotecas, falta de restaurante universitario, ausencia de transporte para estudiantes y cierre de las residencias universitarias.

A estos ataques ahora se suma la ofensiva contra los vendedores informales en la UN. Los argumentos de la Administración para retirarnos son los siguientes: primero, que somos “antiestéticos” para el campus; segundo, que los puestos se están convirtiendo en fachada para la venta de droga; y tercero, que no estamos sujetos al control y reglamento de la Universidad. Frente al primer punto hemos tomado como medidas garantizar que los puestos permanezcan limpios, que no sean generadores de basura y controlar el tamaño de los mismos. No tenemos certeza de que la venta de droga se este presentando, pero para la tranquilidad de todos, nos comprometemos ante toda la comunidad universitaria a que ningún puesto va a ser utilizado para tal fin. En lo correspondiente al tercer punto, estamos dispuestos a escuchar propuestas de la Administración que tiendan a respetar nuestro derecho al trabajo.

A pesar de eso sabemos que con ninguna de nuestras propuestas la Administración quedará conforme. Lo que se esconde bajo el manto de dichos argumentos es el avance de la privatización de la universidad, que se manifiesta en la concesión de las cafeterías a privados, cuyos contratos garantizan el consumo total de la comunidad universitaria. Los vendedores informales somos un riesgo para el llamado comercio formal. Son dos las opciones que tiene la rectoría, defender los intereses de los estudiantes como miembros activos de la comunidad universitaria o defender los intereses de Cafam y con ello la política de privatización y desmedro de la educación pública. La Posición de Wasserman fue clara al inclinar su balanza hacia la segunda posibilidad.

Dejamos claro que el motivo de nuestro trabajo es la necesidad que tenemos de estudiar para cubrir los gastos que el sistema de bienestar no asume. Las posibles soluciones que ofrece dicho programa (préstamo-beca, bono alimentario) no sirven porque en la mayoría de casos no podemos cumplir los requisitos.

Pedimos el apoyo de toda la comunidad universitaria porque es claro que la ofensiva de la administración es contra todos los estamentos, conformemos un gran frente común que de al traste con las iniciativas represivas y privatizadoras que hoy se ciernen sobre la universidad pública.

martes, 18 de marzo de 2008

UNA DESIGUALDAD CADA VEZ MÁS DESIGUAL

Aurelio Suárez Montoya, La Tarde, Pereira 18 de marzo de 2008

El debate realizado en el Congreso de Colombia por los senadores Cecilia López y Jorge Enrique Robledo sobre el cambio de aplicación oficial del predio rural CARIMAGUA, destinado por el INCODER a una firma empresarial en vez de asignarlo a las familias desplazadas por la violencia en el departamento del Meta, volvió a poner sobre la mesa las inmensas desigualdades que hay en el país, consentidas y agrandadas por las políticas públicas en marcha. Sonó tan duro la iniquidad imperante que, pese a la cantinela del ministro Arias y a que la “bancada uribista” se arrojó en masa a sofocar el escandaloso proceder, se develó -más aún que el desaguisado en discusión- cuán lejos está la solución a tanta injusticia vigente.

El Banco Mundial reconoce en su “reseña” de Colombia de octubre de 2007 que “la pobreza se mantiene como uno de los principales retos del país, junto con la desigualdad, que es una de las más altas de América Latina: los colombianos en el 20% más alto de la escala de recursos reciben el 60% del ingreso nacional”. Ese dato se complementa con que el 20% más pobre, por su parte, percibe menos del 3% y con que hasta el 40% más bajo en la escala no logra ni el 10% de la riqueza creada.

La distribución de la propiedad es en extremo ilógica. Según el catastro rural, (IGAC, 2004) el 0,06% de los propietarios, los que tienen más de 2.000 hectáreas, posee el 53,5% de la tierra; entre tanto, el 83%, con predios de menos de 15 hectáreas, tan sólo abarca el 7,2%. El coeficiente de Gini, usado para medir la desigualdad, que es un número entre 0 y 1 en donde 1 corresponde a la perfecta desigualdad, marca 0,91 cuando se refiere a la distribución del área rural y 0,81 cuando se trata del valor de la tierra agraria (Uniandes, 2005). En el catastro urbano (IGAC, 2005) ocurre igual. Los propietarios de menos de 200 metros cuadrados, que son la mitad de todos, tienen el 9% de la superficie, mientras los propietarios de más de 10.000, que son apenas el 0,54% detentan el 58,2 % del espacio. Por eso resulta indigno que la contribución de valorización por beneficio local, decretada en Bogotá en 2005, le confisque a localidades como la de Antonio Nariño, con un 40% de población en pobreza, el 3% del ingreso anual por habitante para cubrir el impuesto. Es un porcentaje mayor al que destinan para comprar leche o pan y más de la mitad de lo que pagan por IVA al año.

En el sector financiero sucede algo asombroso. Siete bancos y una compañía de leasing tienen el 65% de los activos financieros. (BM, Asobancaria, 2007) De 118 empresas inscritas en el mercado bursátil, que en 2005 valían $87 billones, los 20 mayores accionistas controlan el 80% del capital accionario (CID-UN, 2005). El mayor banco del país anunció que en 2007 ganó un billón de pesos, lo que significa más de un millón de dólares por día, el doble de 2005. El sistema financiero, bancos, corporaciones, fondos y compañías de seguros, ganó en conjunto 10,5 billones y, como el PIB creció algo más de $21 billones, recaudaron uno de cada dos pesos agregados.
La concentración del crédito es muy alta. Doce mil pequeñas y medianas empresas, que generan casi el 45% del empleo (UTP, 2007), obtienen difícilmente el 20% del crédito comercial y han dicho que las restricciones para el acceso a préstamos es el primer obstáculo para su desarrollo. En el agro es peor. En 2007, de casi 2,5 millones de pequeños propietarios, escasamente 138.597 accedieron a un préstamo con un monto promedio de $4,5 millones. Mientras tanto, los denominados “otros productores”, que fueron 36.143, recibieron cerca de 70 millones cada uno, capturando el 80% de los recursos totales dispuestos para el sector. (Minagricultura, 2008). Así mismo, los “apoyos para tasas de interés subsidiadas para exportadores” se repartieron en 2006 tan asimétricamente como todo. A una sola empresa láctea se le favoreció con $1.310 millones y al sector azucarero, un oligopolio, se le subsidiaron 36 operaciones por $5.511 millones, a razón de $153 millones cada una.

Está probada la naturaleza plutocrática del gobierno de Uribe, donde “existen influencias desequilibradas en la toma de decisiones a favor de los que ostentan las fuentes de riqueza”, como en Carimagua; es un sistema afín al neoliberalismo y que está en boga hasta en Estados Unidos. Lo ha denunciado allá el Working Group on Electoral Democracy: “El dinero es el mayor determinante de la influencia y del éxito político…determina los parámetros del debate público: qué cuestiones se pondrán sobre el tapete, en qué marco aparecerán, y cómo se diseñará la legislación”. El resultado es el mismo en toda latitud: la desigualdad es cada vez más desigual.

viernes, 14 de marzo de 2008

El TLC y la “seguridad nacional” de Estados Unidos

RECALCA, Bogotá, marzo 12 de 2008

El más reciente argumento del presidente Bush para forzar la aprobación del TLC en el congreso de su país es indicar que éste constituye un problema de “seguridad nacional” para Estados Unidos.

El presidente Bush -además- se está valiendo de la débil posición de los dos candidatos demócratas ante la crisis en la región andina, pues tanto Obama como Clinton respaldaron las acciones de Uribe Vélez. El presidente estadounidense en su lógica debe concluir: ¿si respaldan a Uribe, por qué no aceptan el trámite del TLC? El apoyo de los candidatos demócratas a Uribe significa un castigo a la inmensa mayoría de la población colombiana que se verá perjudicada por la aprobación del TLC.

En las últimas semanas, Bush también ha insistido en demostrar que el TLC con Colombia es bueno para ellos, pues aumentará las exportaciones y los negocios de los empresarios de esa nación norteamericana. En las condiciones actuales de recesión, no es previsible ningún aumento significativo de las exportaciones colombianas, pues EE.UU quiere superar el déficit comercial, lo que implica comprar menos y vender más. Por el contrario, el gobierno colombiano, ante síntomas preocupantes en la economía y en el comercio internacional, se ha visto obligado a debatir el aumento de algunos aranceles y ha aumentado los contingentes de libre importación de maíz amarillo y de algunas materias primas usadas por la industria. Muchos industriales ante la amenaza de quiebra piden protección del mercado nacional, muy en contravía de lo acordado en el TLC con Estados Unidos.

Por lo pronto pareciera que la “opción nuclear” planeada por Bush, que consiste en forzar una votación sin el visto bueno del liderazgo demócrata, no ha pasado de ser una simple amenaza, pues falló una vez más el intento del gobierno colombiano de que se incluyera en la agenda del congreso estadounidense la discusión del TLC esta semana. No hay señales que indiquen que ésta se realizará antes de las elecciones de noviembre.

El concepto de “seguridad nacional” de Bush consiste en intentar amarrar aun más la economía colombiana, hasta asegurarse que el país no pueda safarse de ella y sea más vulnerable a las exigencias norteamericanas. De esta forma puede dedicarse a hostilizar a los vecinos y a tratar de contrarrestar sus procesos democráticos, que se salen de las imposiciones de Washington.

La verdadera causa de las controversias regionales está en el alineamiento incondicional de Uribe con los dictámenes de Bush y su “guerra preventiva”. Al tiempo que debemos luchar por el restablecimiento de la normalidad de las relaciones entre los países andinos, debemos denunciar que una sana convivencia depende también de impedir que Colombia siga siendo la cabeza de playa del imperio en Suramérica.

Ay País

Por: Hector Rincón.
Oídos sordos

Me rindo ante la evidencia de que haga lo que haga, diga lo que diga y le digan lo que le digan, el presidente Uribe siempre sale incólume de las más estrechas coyunturas, ovacionado, en hombros de una multitud que tiene los oídos más dulces para entender lo que quiere y a la vez las orejas más negadas para oír lo que no le conviene.

Me rindo. Pensaba que de todo lo que dijeron en la reunión de Santo Domingo –que se apartó de la comunidad regional, que optó por la ilegalidad para atacar la ilegalidad, que todo eso– algo había calado en el Presidente y en su flamante ochenta por ciento, pero casi todas las reacciones a aquel chiripazo donde los agravios se volvieron abrazos, han sido de quema de sahumerios para alabar a Uribe. Y más: a muchos de los integrantes del ochenta por ciento les he preguntado, por ejemplo, cómo les pareció el discurso de la presidenta de Argentina, para mí el más lúcido y el más demoledor de aquel viernes inolvidable, y todos, pero todos, me han dicho que no, que nada; que es que la señora Fernández es antiuribista. Es decir, no lo oyeron. O si lo oyeron, lo ignoraron. O si no lo ignoraron, no lo entendieron.

Todo aquello parece que fue en vano. A juzgar por la discusión de la recompensa por el cadáver de Iván Ríos, la doctrina de la legalidad no les entró. Que la ilegalidad no se puede atacar con ilegalidad y, por el camino de esa premisa, que la pena de muerte no puede ser recompensada. Que no se puede, que no se debe volver pedagogía que el crimen paga. Eso, que en cualquier sociedad respetuosa y que hubiera huido ya de los terrenos de la barbarie no sería siquiera tema de conversación, en Colombia es una discusión visceral y brutal en la que me produce pánico oír y leer a quienes están de acuerdo con pagar por el crimen porque la platica es la platica. Y que se entregue pronto, dice la muy solapada presidente del Congreso. Y que sea en un acto público ejemplar, dice el muy olímpico Benedetti. Qué asco.

Tampoco parece que hubieran oído –o si las oyeron las ignoraron, o si no las ignoraron no las entendieron– todas las voces que reubicaron el conflicto colombiano como colombiano para darle así una bofetada al insólito mercadeo que se ha hecho de que nuestro desangre es asunto internacional. Que en él también tienen que ver los vecinos y que por ello merecemos más que palmaditas en la espalda, como lo dijo Uribe en dos o en tres ocasiones.

Tienen razón todos –venezolanos, ecuatorianos, brasileños, peruanos, panameños, todos– al señalar con énfasis que el conflicto es colombiano y que es Colombia la que debe frenar la sangría que la baña desde hace medio siglo. Y que desde hace toda esa vida ni gobernantes ni políticos colombianos han sabido frenar. O no han querido frenar. Que nadie más que nosotros mismos somos los responsables de esta incapacidad de resolver el conflicto. Y que si a nosotros nos tiene hartos –siendo nosotros los que lo originamos y lo mantenemos y lo padecemos– cómo tendrá a los vecinos que ni lo originaron ni lo mantienen y sí lo tienen que padecer.

El acuerdo de Santo Domingo que fue tan instantáneo y tan sorpresivo, está pegado con babas. Y a nadie le corresponde más que a Colombia encontrar un pegante para que lo haga duradero. Y no sólo en lo que tiene que ver con el lío de fronteras, sino por todo lo que hay que hacer aquí adentro que es de donde se produce su onda expansiva. Que se acoja la legalidad como la única manera para derrotar sin atenuantes a la ilegalidad. Que se archive esa cierta postura claudicante de reclamarle a la comunidad internacional que nos entienda porque el problema también es de ella. Que se reconozca que la Cancillería y el servicio diplomático se inventaron para que funcionen. Que se considere que el fin del conflicto será político o no será. Que el acuerdo humanitario no es declinar posiciones sino ocupar las posiciones que supuestamente ha ganado la llamada seguridad democrática.

Pero para llegar a todo ello se necesitan oídos. Y humildad. Dos virtudes que no suelen adornar a Uribe ni a ninguno de los del flamante ochenta por ciento.

jueves, 13 de marzo de 2008

La nueva Reforma Académica: un ataque a la autonomía universitaria (I)

OCE, Informativo Resistencia Civil # 3. Marzo 2008

Nuevamente de manera antidemocrática el Gobierno de Uribe y la Administración Wasserman modifican aspectos sustanciales de la vida académica de la Universidad Nacional sin consultar la voluntad de los distintos estamentos de la universidad. El 26 de noviembre de 2007 cuando la comunidad Universitaria comenzaba la fase de exámenes finales, el Consejo Superior Universitario aprobó el Acuerdo 033, el resultado: una nueva reforma académica. Es una constante de este período la ausencia de espacios de discusión, con permiso académico y sin clases que posibilite a la comunidad universitaria deliberar a profundidad las iniciativas que buscan modificar las actuales condiciones que rigen la vida académica.

¿Pero cuál es el contenido de esta iniciativa? Una idea que irradia toda la reforma es la implementación de las denominadas “competencias académicas, ciudadanas y laborales”. Estas son las nuevas categorías pedagógicas que busca implementar el Banco Mundial, la UNESCO y el BID a través del Ministerio de Educación en todos los niveles de la educación. Ya lo han hecho con la educación primaria y secundaria, ahora llego el momento para la educación superior. El Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, duramente combatido el año anterior, disponía: “En el nivel superior, se iniciará la implementación de los estándares de competencias, los cuales se evaluarán a través de los ECAES.” A lo largo del Acuerdo 033 es común la expresión “habilidades y destrezas”, lenguaje que es propio a este tipo de categorías pedagógicas que desconocen los altos niveles científicos que debe tener la educación superior y facilitan la posibilidad de homologar los contenidos de los programas curriculares. Es patente la manera como pretenden adecuar a las universidades: incluyen en sus contenidos las competencias o los estudiantes terminan sacando resultados no satisfactorios en el ECAS, hecho que tenderá a aumentar la presión sobre los establecimientos de educación superior para modificar sus programas.

Las competencias se descomponen en materias como “lecto-escritura”, “aprender a aprender”, “aprender a resolver problemas”, “adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado laboral” entre otras. Es importante tener unas buenas bases para estudiar en la Universidad, pero ese no puede ser un argumento para desmejorar los programas de cada una de las carreras, disminuir su duración o eliminar las materias básicas. Esta reforma se relaciona con el papel que entrará a jugar la educación pública en el futuro del país: se dedicará a formar la mano de obra barata que deberá adaptarse a las condiciones de inestabilidad laboral que ofrecerán las multinacionales y los monopolios nacionales, cuyos vínculos sobre la nación se fortalecerán con la suscripción y ratificación de los tratados de libre comercio.

Para el 30 de abril deben estar listos los proyectos de las reformas académicas en cada una de las facultades, por eso invitamos a la comunidad académica a estudiar de manera crítica esta iniciativa para relacionarla con la Reforma al Estatuto Estudiantil, a tener presente la defensa de la autonomía universitaria en las discusiones que deberán adelantarse en cada una de las facultades y si es preciso a ejercer la protesta masiva por defender la libertad de cátedra y el conocimiento científico.

miércoles, 12 de marzo de 2008

EL MINISTRO ARIAS DEBE RENUNCIAR PORQUE VIOLA LA CONSTITUCIÓN Y LA LEY, PORQUE PERSIGUE A LOS DÉBILES Y PORQUE FALTA A LA VERDAD

Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 11 de marzo de 2008
Al tratar de impedir que 800 familias desplazadas por la violencia se hicieran a 17 mil hectáreas en Carimagua y pretender cedérselas a dedo a un gran empresario, Andrés Felipe Arias se convirtió en el ministro de la inconstitucionalidad, afirmó el senador Jorge Enrique Robledo en el debate que tuvo lugar hoy en la plenaria de la cámara alta. El ciudadano Andrés Felipe Arias puede sostener que no conviene entregar tierras a campesinos desplazados, pero el ministro Andrés Felipe Arias está obligado a hacerlo porque así se lo ordenan la Constitución, los tratados internacionales ratificados por Colombia y la ley.

Remarcó el congresista del Polo que es profundamente regresiva la tesis defendida por el ministro de Agricultura cuando se opone a distribuir tierra entre los campesinos pobres porque, según él, ello es el mayor caldo de cultivo de guerrilla y paramilitares.

Robledo coincidió con el Procurador General de la Nación al demandar que se eche atrás el acto administrativo mediante el cual el Ministerio cambió ilegalmente la destinación específica del predio Carimagua y lo abrió a una “licitación” en la que apenas puede participar quien demuestre un patrimonio neto de 15 mil millones de pesos e ingresos por negocios agrarios de 50 mil millones de pesos en siete años. “Los abogados dicen que en el caso de Carimagua se pueden configurar tres delitos. El de prevaricato, el de fraude a resolución judicial y el de peculado por destinación”.

Denunció el senador del Polo que el gobierno, al pretender justificar lo injustificable para engatusar a la opinión pública, incurrió en siete falsedades palmarias. Primera, que no había desplazados cerca, cuando se sabe que son más de cuatro mil familias. Segunda, que el predio estaba muy alejado de cualquier casco urbano, cuando está a solo 22 kilómetros de El Porvenir y Orocué. Tercera, que carece por completo de servicios públicos, cuando hay vías dentro del predio, siete pozos profundos y puesto de salud, además de un hospital cercano, en Orocué. Cuarta, se aduce demagógicamente que el dinero del arriendo se empleará en los desplazados: “Yo le pregunto al ministro cuál documento legal estipula que el arrendamiento ridículo pagado por el plutócrata que termine quedándose con el negocio se va a dar a los desplazados”. Quinta, que habrá muchos empleos para los desplazados: “Ministro, usted debe respetar a la opinión pública. ¿Cuál norma de la licitación dice que quien se la gane tendrá que dar empleo a los desplazados?” Sexta, que son terrenos de mala calidad, cuando la misma Presidencia de la República confirmó que eran aptos para la explotación agrícola y ganadera y así lo señala toda la cúpula académica de la Universidad del Llano. Y séptima, que no existió cambio en la destinación específica del predio, cuando el 6 de julio de 2007, por Acuerdo 006, el ICA lo aprobó, cambió solicitado por el Incoder, para adelantar cultivos de tardío rendimiento, tal y como lo sostiene el Procurador.

“Debería renunciar –le exigió al ministro el senador citante– porque usted viola la Constitución y la ley, como lo dice el Procurador en el caso de la hacienda Carimagua. Porque, como lo demostré aquí, usted es partidario del modelo malayo, sin campesinos y con grandes plantaciones y jornaleros mal pagos, y la Constitución establece que debe dárseles tierra en propiedad a los pobres del campo. Y debe renunciar porque faltó a la verdad en materia gravísima”.
“Lo que está en juego no es un caso particular, sino un modelo de país y un modelo de subdesarrollo”, concluyó. Carimagua no es una excepción, sino un modelo plutocrático, el mismo de Transmilenio, el mismo de las exenciones de impuestos a las trasnacionales, el de la Ley Forestal y las zonas francas especiales, el de los decretos contra los pequeños productores paneleros, contra los mataderos municipales y contra los cruderos de la leche”.

sábado, 8 de marzo de 2008

LLAMAMIENTO: ¡PUEBLO COLOMBIANO! ¡DEFENDAMOS EL AGUA Y LA VIDA!


Comité Nacional en Defensa del Agua y por el Referendo, Bogotá, marzo 6 de 2008


Nosotros, mujeres y hombres de todos los rincones del país asistentes a la Segunda Asamblea Nacional del Agua realizada en Bogotá el 29 de febrero y 1 de marzo de 2008, impulsada por 1.255 organizaciones sociales y 236 mil personas que firmaron la inscripción ante la Registraduría Nacional de una propuesta de reforma constitucional que hemos denominado Referendo del Agua, llamamos al pueblo colombiano a sumarse a esta confluencia pública que busca el reconocimiento del acceso al agua potable como un derecho humano fundamental, la garantía de un mínimo vital gratuito para todos, la conservación del medio ambiente para que haya agua abundante y limpia para las generaciones de hoy y de mañana, el respeto de la diversidad cultural y territorial del agua, y una gestión pública estatal y comunitaria de la misma sin ánimo de lucro que reverse la privatización actual.

Hoy trece millones de colombianos y colombianas padecen de sed; millones de niños están afectados por la mala calidad del agua que consumen, cuando ella les llega; cientos de miles de familias han sido desconectadas del servicio de agua porque no tienen con qué pagar las altas tarifas; y los ecosistemas esenciales que garantizan el flujo natural del agua están en peligro.

El agua, esencial para la vida, viene siendo amenazada por políticas públicas que sólo buscan ganancia económica, depredación natural, la privatización de las fuentes y ríos, y el impulso a la guerra y militarización de grandes zonas de nuestro territorio, asociadas a megaproyectos mineros, hidroeléctricos, forestales, de agro-combustibles y de infraestructura, que inspiran el TLC, el IIRSA, los actuales Planes Departamentales de Agua, la privatización de las empresas de acueducto y alcantarillado, las concesiones para uso privado del patrimonio natural, y la imposición de mercados de los llamados servicios ambientales, dentro de los cuales no sólo se busca privatizar el agua, sino que se la considera como una mercancía, olvidando que ella es principio inembargable de la dignidad humana y de la vida.

Por eso, con profunda pasión, compromiso vital, alegría y decisión los convocamos al apoyo a este referendo en defensa del agua como un bien público y común, y a fortalecerlo con su participación directa, con su firma y con la conformación de comités territoriales o la adhesión a los ya conformados por esta confluencia de mujeres y hombres de todas las edades, movimientos sociales, organizaciones ambientalistas, usuarios de servicios públicos domiciliarios, comités de desarrollo y control social y sus vocales, comunidades campesinas, congregaciones religiosas, sindicatos, trabajadores independientes, juntas de acción comunal, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas y comunidades afro-descendientes y otras etnias.

Los invitamos a hacerse custodios del agua para las presentes y futuras generaciones de colombianos, reuniendo entre todos un millón y medio de firmas que se requieren para que se convoque al pueblo colombiano a votar mediante referendo por esta reforma constitucional; y a recuperar para nuestra vida pública la transparencia del agua natural, concurriendo a una participación ciudadana y un control social que con la frescura y fluidez de las quebradas y los ríos que abundan en esta tierra, defiendan nuestro patrimonio público y protejan las fuentes de la vida.
¡El agua es esencial para la vida!¡A firmar el referendo del agua a partir del próximo 8 de Marzo!
Informes: Comité Nacional en Defensa del Agua y por el Referendo:

www.unionusuarios.org ligausuarios@telecom.com.co